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Actualidad 2007

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E- mail enviado por Leo Viola

Nota de opinión
Buenos Aires, 9 de mayo de 2007.-                                                                                                     

Las verdaderas causas de la renuncia del Director

A) Los robos
- La primera causa fue el tema de los dudosos robos en nuestras oficinas (elementos de computación, insumos, art. de limpieza, instrumentos musicales, etc.).
En septiembre de 2006  tuve la primera reunión con la Directora General, Adelaida Mangani y Espector. En esa ocasión testimonié algunos indicios y pruebas  sobre cómo habían sido los robos. En base a lo que yo mismo había visto, pedí sanciones para Picerni.
La Directora General valoró mi testimonio y me anticipó un resultado favorable. Lamentablemente esto no fue así, ya que extrañamente Mangani y Espector protegieron a  Picerni.
Según me enteré después, la Directora le pidió a Espector el  desplazamiento de Picerni, pero los sindicalistas de Sutecba (principalmente los “referentes” Rodolfo Aguirre y Daniel López) “sostuvieron” a Picerni a favor de Espector y en contra de la Directora General.

- El día 13 de septiembre de 2006 dejé registrado por medio de una carta cómo Picerni  “depositaba” in fraganti el estuche vacío de un violín robado, sin denunciar, en la Sala de Instrumentos. Como agravante, Picerni alegó que “el Director sabía” de dónde salía el estuche vacío. Informé a las  autoridades sobre este irregular episodio.

- Como Espector no sancionaba sino que protegía a Picerni, la Directora General  obliga al Director a abrir un sumario a principios del mes de octubre (expediente Nº 61.032/06).

B) El pasado del IVA (Instituto Vocacional de Arte)
- Como, aparentemente, en el Conservatorio todo seguía igual, comienzo a investigar  el escandaloso episodio de corrupción en el IVA que protagonizó Picerni en los '90.
Espector y las máximas autoridades de la DGEART estaban al tanto de este hecho. Envío, entonces, a la Directora Adelaida Mangani, una nueva carta de pedido de informes (nota nº 151-DGEART-2006) sobre este tema; carta que, hasta el día de hoy, no tiene respuesta.

C) El “administrador informal”

- Realizo una nueva denuncia (23/11/06) en la que expongo que el señor Picerni se ocupa de administrar “informalmente” los subsidios de nuestro Conservatorio.
La gravedad del tema aumentaba: ¿cómo es posible que la persona con tales  antecedentes  en la misma institución maneje nuestros fondos públicos, incluso infringiendo las funciones de nuestro Reglamento Orgánico?

D) La persecución
- Espector, en lugar de desplazar a Picerni, eligió perseguirnos, a mí mismo y a algunas personas cercanas a mí, simplemente por decir la verdad e informar los hechos ocurridos.
Picerni y Hartzstein elaboraron pedidos de informes manifiestamente falsos para tratar de presionarnos (entre otras cosas me acusaban de “sustraer” libretas de alumnos y de trabajar mal).
Esta fue la última denuncia que presenté a la Directora General y fue el detonante final de Espector (nota nº 39-DGEART-2007).
Mientras tanto Picerni (que nunca descansa) intentaba movilizar a sus amigos sindicales para “presionar” a la Directora General pidiendo la renuncia de su “mano derecha”.
Los e-mails que envié y la pequeña campaña de concientización que realicé aceleraron la decisión de la Directora General.
Espector cayó, simplemente, por proteger a Picerni y sus prácticas.
Simplemente por no poder gobernar en un marco de transparencia institucional.

El futuro
La primera medida que la gestión de transición deberá tomar es desarticular a Picerni y su red. Veremos cómo las autoridades utilizan las facultades disciplinarias para sancionar a Picerni y resolver este problema institucional en el corto plazo.
Estaremos atentos para controlar si las nuevas autoridades actúan con justicia.
Según creo, la segunda medida es analizar críticamente el rol del ViceDirector Hartzstein y de la regente Jakubiec en esta trama. Ambos funcionarios no estuvieron a la altura de objetar éticamente las medidas de Espector. En realidad fueron “funcionales” a las prácticas de Picerni por “obediencia debida” a Espector.
Pienso que este falso concepto de “fidelidad a la autoridad” es el origen de toda nuestra precariedad institucional. Por otra parte, creo (como si no fuera ya poca cosa), que ambos funcionarios no cumplieron con el mínimo nivel académico exigible. Esto también debe ser materia de discusión y análisis para las autoridades. ¿Acaso alguno de los dos tendrá el digno gesto del “paso al costado”en estos momentos?

La tercera tarea, y la más importante para el futuro, es que docentes, empleados y estudiantes nos organicemos definitivamente para asegurar mecanismos de control y de información.

Nosotros somos el Conservatorio. Los funcionarios políticos son accidentes y, a veces, accidentes catastróficos para el bien común. Es hora de demostrar autonomía y ver nuestra capacidad de autogestión: tenemos que saber construir para el próximo período  mecanismos de cogobierno y control de gestión.

La mentira
Si ustedes reciben las versiones oficiales sobre la renuncia de Espector notarán una gran similitud entre su discurso y cualquier escena “berreta” de película de bajo presupuesto en la que un supuesto gran líder se despide de “su grupo” entre llantos y una gran enumeración de hermosos logros y grandes momentos vividos juntos.
El discurso de despedida de Espector fue su último acto de simulación:
Señaló que a partir de ahora se dedicaría a “su carrera artística”, la cual -afirmó ante el asombro de los presentes en la reunión-   se estaba expandiendo por España. (Ante esto yo me pregunto: ¿entonces cada vez que Espector se iba de viaje por el mundo, como tantas veces lo hizo durante estos años como Director Interino del CSMMF, estaba realizando simultáneamente  su carrera individual de pianista ?)
Agregó también que creía que su “ciclo había terminado” y que veía bien que se “renovara” la Dirección del conservatorio. ¡Enumeró los “logros” de su gestión cual Sarmiento de la música que deja un legado!
Ni una palabra sobre sus graves errores. Ni una palabra sobre la transparencia institucional que no pudo ni quiso construir. Se despidió con  eufemismos inverosímiles que no contenían siquiera una aspiración de autenticidad. El discurso final fue coherente con la totalidad de sus actos de gestión.

La Justicia
Por último, una inevitable referencia autobiográfica: ¿acaso ustedes pueden imaginar lo que es vivir bajo el peso de la prepotencia ilegítima durante más de un año? ¿Acaso se imaginan lo que es soportar el “pragmatismo” de los “operadores políticos” como Ricardo Capellano que se pasean por los pasillos justificando el pasado de Picerni o de las acciones indefendibles de Espector? ¿Se imaginan lo que significa soportar, día a día,  las amenazas elípticas y los rumores falsos? ¿Acaso se imaginan lo que significa sufrir en carne propia  la persecución de amigos, aliados y compañeros?  ¿Acaso se imaginan el sentimiento de esperar  una represalia de las autoridades  en cualquier momento, simplemente por permanecer en la verdad?
Si acaso pueden ponerse del lado de un individuo aislado frente al poder institucional usado “a la siciliana”, acaso comprenderán mi sentimiento de legítima euforia:

 ¡Por fin un primer paso!

¡Conservatorio de Falla, Nosotros,…un esfuerzo más!  

Martín Cremonte

 
 

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