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ERNESTO DRANGOSCH
por Ana María Mondolo

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Ernesto Drangosch
(Buenos Aires, 22-01-1882;
Buenos Aires,
26-06-1925
)

Ernesto Drangosch
 

Compositor, pianista, director de orquesta y docente. Niño prodigio, era hijo de uno de los propietarios del conocido "almacén de música y depósito de pianos: Drangosch & Beines". De ahí que muchas de sus creaciones tempranas fueran editadas por la citada firma y, cuando la sociedad se disuelve, por Beines & hijos. Inició sus estudios musicales a los siete años de edad junto a Homeyer. En 1890 tomó clases de piano con Collin y en 1894 ingresó al Conservatorio de Música de Buenos Aires. Aquí tuvo por maestros a Alberto Williams, Julián Aguirre y Carlos Marchal, entre otros. Luigi Forino fue su profesor de violonchelo, instrumento al cual se abocó con el sólo fin de completar su formación. Ya a los nueve años de edad interpretó el Concierto en do de Beethoven con la orquesta de la Opera bajo la batuta de Prieto Melani (28-09-1891). Un mes más tarde, en el Teatro Opera, Ercole Galvani dirigió su ejecución del Concierto en la mayor K.488 de Mozart. Fue en esta ocasión que Williams pidió el tutelazgo musical del pequeño, pues 

"grande fue el asombro que despertó en nosotros la intuición sensitiva, la comprensión y precisión rítmica del precoz pianista".

En julio de 1897 Drangosch viajó a Berlín con el propósito de perfeccionarse en la Real Academia de Música. Pero como contaba con un año menos de la edad necesaria para el ingreso, debía demostrar un talento excepcional para ser admitido. Una vez pasado el examen, el jurado quiso sorprenderlo pidiéndole que interpretara, fuera de programa, una fuga de El clave bien temperado de Bach. Esto no representó un problema para el joven, pues él sabía toda la obra. Según testimónios de sus maestros, Drangosch tenía memoria "fotográfica", ya que con sólo leer una partitura la retenía a la perfección. De ahí su gran repertorio. En la Real Academia realizó cursos con Karl Heinrich Barth (piano), Max Bruch (armonía y contrapunto), Joseph Joachim (dirección orquestal y coral) y Karl Krebs (estética e historia de arte).
En 1900 regresó a la Argentina con la esperanza de optar al Gran Premio Europa, beca de cuatro años para perfeccionamiento técnico en el viejo mundo, instituída por la Comisión Nacional de Bellas Artes. Esto lo consiguió a través de concurso público, el 10 de marzo de 1901. Nuevamente en Berlín decidió completar sus estudios de piano con Conrad Ansorge y de composición con Engelbert Humperdinck. Paralelamente comenzó a adquirir fama como compositor (editoriales germanas publicaron algunas de sus obras) y como intérprete, gracias a las giras que realizó por diversas ciudades alemanas. Fueron de especial relevancia aquellas llevadas a cabo con la Orquesta Filarmónica de Berlín, bajo las batutas de Joseph Joachim, Ferruccio Bussoni y Eugene d'Albert. Lo propio sucedió con sus tareas de conductor de orquesta y músico de cámara.
A pesar del lugar prominente que Drangosch había alcanzado entre los artistas europeos, en 1905 regresó definitivamente a la Argentina. Años más tarde explicó: 

"Volví, porque tenía el deber de devolverle a mi patria lo que había hecho por mí. Sabía lo que aquí me esperaba, y, aun ahora en que vengo sufriendo muchas desilusiones y de nuevo se me llama desde Europa, no me arrepiento ni he variado en mi modo de pensar. Me siento más argentino que nunca".

En el campo de la docencia ejerció en el Conservatorio de Música de Buenos Aires (1905-1907). Fundó y dirigió hasta su muerte, la casa de estudios que llevó su nombre (1908-1925). En ella se formaron, entre otros, Arnaldo D'Esposito (1924), Silvia Eisenstein (1923-1924), Luis Gianneo (1916-1921), Honorio Siccardi (1915) y Raul Spivak (1917-1923). En 1924 integró el cuerpo de profesores del Conservatorio Nacional de Música a pedido de su fundador, Carlos López Buchardo.
En el terreno de la dirección estuvo al frente del coro mixto de la Sociedad Alemana de Canto (Singakademie; setiembre de 1906, en adelante) y de las temporadas veraniegas de la orquesta del Club Mar del Plata (1910-1915). En Buenos Aires actuó en el teatro Politeama (1914-1915) y, como director oficial, en los ciclos de la Asociación del Profesorado Orquestal (1923, teatro Politeama; 1924, teatro San Martín).
De su labor como pianista se recuerda el ciclo de "Doce conciertos históricos", en el que interpretó doce obras representativas del repertorio clásico y romántico para piano y orquesta, bajo la dirección de Williams, en sólo tres sesiones (1906); el ciclo completo de las Sonatas de Beethoven (1916), e innumerables giras por el interior de su país. Su calidad quedó demostrada en las afirmaciones realizadas por figuras célebres de la época. Según su maestro Julián Aguirre

Julián Aguirre

"Ernesto no toca, borda".

Arthur Rubinstein, condiscípulo suyo en Berlín y amigo personal, le dijo: 

"Ernesto, necesito nacer tres veces para ser lo que tú eres". 

Felix Weingartner, que conoció al músico argentino en Berlín, en ocasión del estreno de su Obertura Criolla en Buenos Aires, se sintió 

“dichoso en poder comprobar que mi amigo Drangosch consiga un éxito tan rotundo como pianista y compositor, no sólo merecido por su acción local, sino ganado honrosamente".

Arturo Toscanini frente a la versión de Drangosch de la paráfrasis Isoldens Liebestod de Liszt, afirmó: 

"más que un piano parece una orquesta".

La producción de Drangosch no fue numerosa. En treinta años de actividad concibió treinta y dos opus, dentro del género lírico, orquestal, camarístico, coral y, en forma mayoritaria, pianístico. Originalmente una buena parte de sus obras tuvieron título en idioma alemán. Globalmente puede dividirse en dos grupos. Uno lo constituyen aquellas obras de tendencia universalista que ostentan el influjo del formalismo y romanticismo germano de fines del siglo XIX, derivado de su formación técnica. Esta tendencia evoluciona en sus últimas creaciones, ya que se vuelca a la utilización de recursos propios del impresionismo francés. Un segundo grupo lo hallamos en las partituras de raigambre nacionalista, basadas fundamentalmente en giros melódicos y rítmicos de la música popular urbana y, en menor medida, del folklore pampeano.
Para la escena dejó dos composiciones que nunca llegaron a estrenarse. La gruta de los milagros op.29, concluida el 7 de mayo de 1921, estuvo concebida como opereta en tres actos sobre libreto en castellano de Ricardo Hicken. Su trama humorística coetánea gira en torno de los enredos amorosos establecidos entre los personajes principales. El nombre de la obra hace referencia al poder amoroso que tenían las aguas de la gruta.
De El carnaval op.30, ópera en dos momentos y un entreacto clásico, con libreto de Victor Mercante, se conserva la reducción para canto y piano, ya que su autor nunca la llegó a instrumentar. Esta comedia contemporánea trata las desventuras amorosas sufridas por los dos personajes centrales. Se desarrolla durante un día de carnestolendas en el cual el amante consigue la anhelada aceptación del padre de la novia. Entre los "dos momentos" de esta obra (concluidos respectivamente en marzo de 1923 y 1925) se intercala el "entreacto clásico" (marzo de 1924). En él cobran vida las estatuas - que hasta ese momento formaban parte de la escenografía - de Ariadna, Baco y Sileno, quienes rememoran la antigüedad clásica. El texto está escrito en castellano con un uso moderado de argentinismos. Se incluyen personajes característicos de las comparsas y un payador que entona una vidalita.
Las partituras de las dos piezas escénicas mencionadas están planteadas dentro de los cánones tradicionales, son de simple factura y contienen por momentos una intención, aunque no demasiado lograda, de recurrir a giros propios de la música urbana y pampeana.
Dentro del género orquestal encontramos la Marcha militar op. 11a de 1900, que se conserva incompleta. Sueños de un baile, Suite miniatura fantástica op. 11b terminada en noviembre de 1903 y transcripta para orquesta de cuerdas en 1906, se estrenó ese año en Mar del Plata y en 1913 en Buenos Aires. Está dividida en cuatro partes: "Introducción e invitación a la danza", "Danza primera", "Danza segunda y declaración", "Danza final". Su programa, "sugerido simultáneamente con la música", narra el sueño de una niña la víspera de su presentación en sociedad. Sinfonía argentina op.17 (c. 1914), cuyo manuscrito se halla perdido, figura en el catálogo de la Comisión Nacional de Cultura como obra inconclusa. Según García Morillo fue "construída sobre temas populares y no se ha escuchado nunca" (Estudios sobre música argentina, ECA, 1984). La Obertura criolla op.20 (1920), su obra más conocida, fue elaborada sobre la base de tres temas tratados solos, superpuestos o fragmentados, el último de los cuales responde a una milonga popular de fines del siglo XIX "No me tires con la tapa de la tinaja" o "de la olla". La estrenó Felix Weingartner en el Teatro Colón, el 24 de setiembre de 1920 y fue editada por la Comisión Nacional de Cultura en 1939. El poema sinfónico El sátiro y la ninfa op.25b (1924), es una ampliación orquestal de una obra anterior para piano, Romanza - vals op.25a (1918). Su título varió "de acuerdo con el concepto poético".
Drangosch fue el primer autor argentino que compuso un concierto para piano y orquesta. Su Concert E dur op.12 data del 25 de mayo de 1912. Se lo dedicó a Sigfrid Prager y lo estrenó en Mar del Plata (13-03-1913) y en Buenos Aires (27-10-1913, con Julius Palm como director). Si bien en esta obra no hay una definida intención nacionalista, existen ciertos elementos melódicos y rítmicos que pueden hacer pensar en temas populares. Compuesta por tres movimientos, guarda algunos principios cíclicos. El "Allegro risoluto" adhiere a la tradicional forma sonata. Su "cadenza" se despega del estilo general, pues esta tratada como un fugado. "Lamento fúnebre" tiene cinco partes (A B A B A). En el "Rondo" las coplas toman el segundo tema del "Allegro" y de la "cadenza", y el sector codal agrega el primer tema del primer tiempo. Aquí cobran mayor fuerza ciertos giros asimilables a la habanera.
En el repertorio de cámara Drangosch ofrece sólo dos obras, ambas para violín y piano: Sonata G=dur op.18 (c. 1915), dedicada a Ian Kubelik; y las Dos piezas características op.22 (c. 1916), estrenadas por el autor y Mauricio Planes en el salón La Argentina.
Su producción para teclado es nutrida. Catorce opus, casi la mitad del corpus total, editada en Alemania o en Buenos Aires y estrenadas todas por Ernesto Drangosch. Son composiciones de muy hábil escritura instrumental - como excelente pianista que era -, manejando variados recursos de ejecución. Albumblatt op.1 y la Sonata en Mi b Mayor op.2 ("a I. Paderewski") fueron escritas en 1895, antes de su primer viaje a Alemania. Las Dos serenatas españolas op.3 están dedicadas a Julián Aguirre. Las ejecutó por primera vez el 20 de setiembre de 1900. Nueve días antes en el mismo ciclo del Prince George’s Hall había dado a conocer sus Cuatro piezas características op. 5. Compuestas expresamente para su cuñada, la pianista Ermelinda Berardi, tienen una escritura más elaborada, con imitaciones y reminiscencias de un intermezzo brahmsiano en el "Preludio". El op.7, Tema con variaciones (1902), denominada en algunas fuentes Variaciones sobre un tema original, fue orquestado en 1951 por Alejandro Derevitzky. El tema es hermoso, de profunda emotividad, surgiendo del registro grave del instrumento, con síncopas y en un ámbito de octava. Las seis variaciones se suceden, proponiendo cada una un enfoque instrumental diferente; la quinta es un canon y la última una fuga, que concluye con el tema inicial abarcando una amplia extensión del piano. Las Tres composiciones op. 27 (1920) son más claras como escritura. En la última utiliza la escala por tonos, lo que da la señal de lo que podría ser una búsqueda de otros elementos para expresarse, que se acercan a ciertos giros rítmicos y melódicos de Debussy. En cuanto a los Tangos criollos op.13 (c.1914) - "Don Pepe", "Nicolasito", y "Pedrucho" - fueron inspirados por tres de sus amigos: José Luro, Nicolás Mihanovich (h.) y Pedro Hurralde. Esta serie constituye la primer propuesta clara de Drangosch hacia un acercamiento al repertorio popular urbano. Existe otro tango El perseguido, sin opus ni fecha de creación, firmado como Ricardo Ernesto, dedicado a Ana Nass. La obra, impresa, tiene indicaciones de instrumentación y es el que más logradamente se acerca a la especie popular.
A Drangosch le pertenecen dos interesantes trabajos destinados a la formación del pianista. Los Seis estudios de concierto op.14 (1908) proponen una serie de problemas técnicos que requieren sin duda un muy hábil ejecutante. Las partes de esta serie se titulan: "Burlesca" (para escuchar), "Tema variado", "Mariposas", "Romanza sin palabras", "Movimiento perpetuo" y "Aire de vals". El comienzo del segundo número tiene una neta filiación schumanniana. El op.21 aparece denominado como El arte de tocar el piano. Tratado teórico - práctico en tres partes, con un prefacio y consejos sobre la manera de enseñar y estudiar el piano. Su "Primera parte" consiste en "Ejercicios preparatorios: Escalas mayores, menores, armónicas, melódicas y cromáticas. Arpegios mayores y menores". Estos ejercicios comienzan sobre los cinco dedos y son progresivos en cuanto a dificultad. La "Segunda parte" contiene "Ejercicios diversos: Dobles notas, acordes. Terceras, sextas y octavas". El plan de estudios incluye consejos sobre las obras pertinentes a cada curso y una serie de advertencias sobre "glissandi", memoria, pedales, movimiento y carácter. Por último ("Tercera parte") los virtuosísticos "Seis estudios de concierto. Nueva serie", que estrenó el 3 de noviembre de 1915: "Estudio de octavas", "Estudio de terceras", "Cake - Walk", "Polonesa", "Tarantella" y "Nocturno". En ellos se observa la utilización múltiple de recursos técnicos y de escritura (como en el número final en cuatro pautas en muchos pasajes). La edición es bilingüe, castellano - alemana, y el Prefacio está fechado en 1915. En él explica la motivación del trabajo y su idea fundamental de que toda ejercitación en cualquier instrumento

"debería tener por objeto único hacer, con los medios técnicos adquiridos, música, es decir arte".

La obra total, con sus dos series de estudios (op.14 y 21) constituye un válido e interesante modelo para su época, representativo del nivel que alcanzó Drangosch tanto en el aspecto técnico como en el compositivo. Son sobre todo el "testimonio" auténtico del pianista - docente - compositor y su experiencia.
El elenco se cierra con ocho partituras para canto y piano y una para coro mixto a cappella, según se detalla en el catálogo.
De acuerdo a lo expuesto la producción de Drangosch puede dividirse en dos grupos. Uno lo constituyen aquellas obras de tendencia universalista que ostentan el influjo del formalismo y romanticismo germano de fines del siglo XIX, derivado de su formación técnica. Esta tendencia evoluciona en sus últimas creaciones, ya que se vuelca a la utilización de recursos propios del impresionismo francés. Un segundo grupo lo hallamos en las partituras de raigambre nacionalista, basadas fundamentalmente en giros melódicos y rítmicos de la música popular urbana y, en menor medida, del folklóre pampeano.

 
 

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Fecha de lanzamiento 1-02-2001
Responsable: Ana María Mondolo